Palma, lunes 6 de julio de 2015. Ciudadanos-C’s de Baleares lamenta que la primera decisión del nuevo ejecutivo autonómico presidido por Francina Armengol haya sido la vuelta a la inmersión lingüística de facto, con la aprobación de una propuesta para la derogación de la Ley de Símbolos y el desestimiento de los tres recursos que el anterior ejecutivo del PP planteó ante el Tribunal Supremo contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia que anulaba el decreto del Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL).
Ciudadanos-C’s ha sido muy crítico con el establecimiento del TIL –que consideramos muy mal implementado– y con la Ley de Símbolos –por innecesaria, ya que el Estatuto Básico del Empleado Público dedica varios artículos a la neutralidad de los edificios públicos y en el ejercicio del trabajo del funcionariado–, pero la celeridad en la derogación de dichas normas legales muestra, sin el menor atisbo de duda, que el nuevo Govern sigue al dictado las propuestas de un grupo de docentes cuyo único objetivo parece ser la insistencia en la inmersión lingüística en catalán de los centros escolares, que sirve de base, y sin el menor rubor, para la politización nacionalista de las aulas.
En nuestra comunidad coexisten dos lenguas oficiales y la presidenta Armengol ha de gobernar para todos los ciudadanos baleares, dejando a un lado las políticas educativas excluyentes, que lo único que generan es confrontación social y una grave desigualdad de derechos entre los escolares. Porque todo niño tiene derecho a ser escolarizado en su lengua materna, mientras ésta sea oficial en el territorio en el que vive, ya que es la mejor herramienta para favorecer su desarrollo personal y para que adquiera los conocimientos necesarios de manera natural y eficaz.
La igualdad de derechos lingüísticos y de oportunidades para todos los alumnos de las islas, además de una educación basada en el respeto al libre desarrollo de la personalidad del alumno, debe ser el eje para emprender de manera efectiva una serie de reformas consensuadas que persigan la excelencia de nuestros escolares y acaben con el lastre del fracaso escolar que llevamos décadas padeciendo. Todo ello desde una Escuela Pública abierta, innovadora, donde los alumnos y las familias se sientan partícipes, donde se impartan conocimientos en ambas lenguas oficiales en exquisita igualdad y donde los alumnos aprendan a valorar la riqueza cultural que sin duda tenemos.